jueves, 5 de marzo de 2015

Rel2 B4.1b El cristianismo, religión oficial del Imperio (s. IV-VI)







La simbología cristiana.

Crismón en el sarcófago de Domitila, s. IV, Museos Vaticanos (Roma)En el año 311 se declaró en el Imperio Romano la libertad religiosa, confirmándose más tarde con el Edicto de Milán en el año 313, por lo que el cristianismo dejó de ser un culto secreto y perseguido. Hasta ese momento, los cristianos usaron muchos y variados símbolos para comunicarse sin ser descubiertos por los no iniciados. El griego era un idioma muy común entre los primeros cristianos y dos de los símbolos más conocidos encierran mensajes en esta lengua. 

  • El Crismón. Un círculo que encierra dos letras griegas: la X y la P, que forman el monograma de Cristo. La X, equivalente a nuestra ch, y la P, equivalente a nuestra r. Ambas son las iniciales de la palabra Χριστός, Christós, Cristo, que significa “el ungido”.
  • El pez, ΙΧΘΥΣ en griego, leído como ICHTHYS. En realidad es un acrónimo de la frase Ιησούς Χριστός Θεού Υιός Σωτήρ, es decir Iēsoûs CHristós THeoû hYiós Sōtér, que significa "Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador". Posíblemente se usaba como contraseña. Un iniciado dibujaba un arco y el otro debía completar la figura hasta formar el pez. Entonces se reconocían como cristianos. 
  • El Buen Pastor. Un joven que lleva a hombros una oveja; el hombre representa a Cristo y la oveja el alma salvada por él. 
  • La paloma representa el alma gozando de la paz divina.
  • Un ancla. Es una imagen oculta de la cruz y significa la esperanza de ser salvados por Dios.
  • La vid. Significa la comunión de los cristianos con Cristo, ya que él dijo: “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”.
  • La palmera. En la iconografía cristiana, representa la inmortalidad, el triunfo sobre la muerte y el cielo.

El arte paleocristiano en los siglos IV y V.

El año 311 fue una fecha especialmente significativa para explicar el cambio que se va a producir en el arte cristiano, de un arte típico de comunidades pobres y semiclandestinas a un arte monumental y rico.

En esta fecha se promulgó el primer edicto de tolerancia hacia la fe cristiana, aunque tendrá más importancia el Edicto de Milán, del año 313, que permitía el culto cristiano sin ningún tipo de limitación.

Al acceder al trono el emperador Constantino se da un cambio, si cabe, más favorable para la iglesia cristiana puesto que una gran parte de la familia de Constantino y finalmente el propio emperador se convirtieron al cristianismo. Este proceso favorable al cristianismo culmina en al año 380 cuando el emperador Teodosio proclama a la iglesia cristiana como iglesia oficial del Imperio.

A partir del año 313 los altos dignatarios de la Iglesia se van a convertir paulatinamente en autoridades del Imperio. De este modo, las jerarquías eclesiásticas van a pasar a ocupar importantes cargos de la administración pública y la Iglesia cristiana se convierte gradualmente en una institución de poder estrechamente ligada al emperador y a la administración imperial. Los cristianos llegaron a tener una enorme influencia política en el Imperio, por lo que sus construcciones van a ser de gran calidad y valor.

La liturgia cristiana comenzó a adoptar elementos característicos del protocolo imperial. Se va a solemnizar y, en consecuencia, va a necesitar un nuevo vocabulario artístico que iguale los edificios cristianos con los grandes edificios públicos, palacios y templos de la sociedad romana.

En esta nueva etapa el arte cristiano es financiado por el alto clero y por las clases patricias e incluso por los propios emperadores. Consecuencia de esta alto poder económico nos encontramos con un arte con tendencia al lujo muy considerable y realizado, por tanto, con materiales nobles especialmente costosos.

Las principales manifestaciones de este arte van a ser dos: la arquitectura eclesiástica y la pintura monumental que se va a plasmar a través del arte de los mosaicos (musivaria).

Los nuevos templos cristianos: las basílicas

El principal problema que se plantea la Iglesia en estos momentos es encontrar un modelo arquitectónico para realizar sus celebraciones litúrgicas con toda pompa.

Evidentemente habían muchos tipos de edificios romanos que podían inspirarles, pero rechazan los templos de su época por estar asociados a religiones paganas pero, sobre todo, porque los templos romanos no están pensados para acoger a una multitud celebrante como la que concurría en los ritos cristianos.

Se adoptó entonces la basílica, edificio de múltiples usos ya que no tenía ninguna función específica y menos aún de carácter religioso. Eran edificios de forma rectangular de tres o más naves en número impar separadas por columnas, que solía tener una cabecera sobreelevada respecto al resto rematada en una exedra.


Edificios de planta centralizada: martyria y baptisterios

Si las basílicas para el culto tienen planta longitudinal, Las plantas centralizadas se van a reservar para los martyria y para los baptisterios, con funciones litúrgicas distintas.

Los martyria fueron construcciones de carácter funerario. En occidente van a tender a convertirse en plantas de cruz griega y normalmente estarán unidos a la iglesia, mientras que en oriente adquieren una gran monumentalidad y se convierten en templos normalmente poligonales que estarán exentos.

Los baptisterios, en occidente serán de planta octogonal y estarán próximos a la iglesia, pero exentos, mientras que en oriente serán pequeñas salas de planta cuadrangular unidas al templo.

Mosaicos y sepulcros

Al margen de la arquitectura, el arte paleocristiano tiene en los mosaicos y la escultura funeraria de los sepulcros dos de sus más importantes manifestaciones artísticas.

La técnica del mosaico paleocristiano es la misma que el periodo anterior, pero cambiando la iconografía. Se eligen temas de carácter fuertemente simbólico y religioso.

Por otro lado, el papa Dámaso, en el s. IV, impulsó el culto a los mártires y bajo su pontificado se dignificaron sus sepulcros y se crearon santuarios donde los fieles pudiesen venerarlos. En los sarcófagos paleocristianos de los siglos IV y V, frente a los del siglo III que sólo nos ofrecían aspectos puntuales de la doctrina cristiana, se pretende resumir los principios básicos de la fe cristiana en su totalidad. Los sarcófagos se leen de izquierda a derecha y, si tienen dos registros, primero se lee el registro de arriba y luego el de abajo.

Arquitectura y Arte Paleocristiano en España

En la Hispania tardorromana, dada su amplia romanización y su pronta cristianización, debieron ser muchos los edificios paleocristianos construidos. Lamentablemente, las guerras incesantes e invasiones que sufrió España durante siglos apenas han dejado muestras de su arquitectura. 



La transformación cristiana de la ciudad de Valentia.


La caída del Imperio Romano de Occidente, iniciada en el 376 con las invasiones de los pueblos germánicos, supuso el fin de muchas ciudades, pero no de todas. Lo que sí sucumbió fue el sentido de la ciudad romana, que se basaba en una amplia autonomía con respecto al poder central. Desaparecida la antigua sociedad civil, ahora será el cristianismo el elemento rector y dinamizador de la vida urbana.

Los antiguos edificios paganos y civiles, desfasados para mantener su uso inicial, pero de sólida construcción, fueron usados como cantera o reutilizados para otras funciones, como así sucedió con la curia y el santuario de Asklepios de Valentia.

De la misma manera, la nueva y única religión se organizó a partir de la administración romana, creándose diócesis que se solaparon a las anteriores divisiones territoriales. En pocos siglos, sobre las ciudades que pervivieron, surgió una red de obispados, que ayudó al mantenimiento de la vida urbana.

Eran la Iglesia y los obispos quienes prácticamente dirigían las ciudades y dejaron su profunda huella en la trama urbana con sus nuevos edificios: iglesias, baptisterios, palacios episcopales, tumbas monumentales...

La memoria de un martirio y los primeros cementerios cristianos

Muy importantes fueron los mártires. Sus sepulturas, lugares de martirio o cualquier clase de reliquias y lugar relacionado con ellos eran motivo de las mejores expresiones artísticas y arquitectónicas. En Valencia es especialmente interesante el sarcófago paleocristiano de San Vicente Mártir del siglo IV que se puede contemplar en el Museo San Pío V.


Los lugares martiriales se convirtieron en focos de atracción a la hora de construir edificios conmemorativos e instalar nuevos cementerios, y en muchos casos llegaron a ser grandes centros de peregrinación. El deseo de los fieles de enterrarse cerca de las tumbas de los mártires (ad sanctos) será una de las costumbres funerarias cristianas que propiciarán la instalación de cementerios en el interior de las ciudades.

Desde el siglo V se constata en l’Almoina el primer cementerio intramuros en el entorno de un antiguo edificio romano relacionado con el martirio de San Vicente. Este pequeño cementerio urbano hispanorromano se caracteriza por enterramientos individuales en fosa cubierta con tejas, y en ausencia de ofrendas funerarias.